Letra muerta, de Juan José Millás.
Un resentido funcionario ministerial es captado por una organización terrorista para, convertido en lego de una orden religiosa, utilizar el enorme poder de ésta o socavarla. Pero con el tiempo la organización suspende sus contactos con él, quien, adaptado a lo hábitos del convento, describe para sí aquel abandono, esta acomodación y su descubrimiento último: la organización no era sino un grupo de la propia Iglesia dedicado a conquistar para su provecho a los resentidos sociales.
Con su impronta del psicoanálisis hace de sus personajes seres extraños y realiza una profunda caricatura “real” de las comunidades masculinas de religiosos (traspasable a una femenina), donde podemos sacar lecturas diversas entre ellas que es una organización (como toda organización extrema) que se compone de individuos inadaptados arrancados a la sociedad.
Con su impronta del psicoanálisis hace de sus personajes seres extraños y realiza una profunda caricatura “real” de las comunidades masculinas de religiosos (traspasable a una femenina), donde podemos sacar lecturas diversas entre ellas que es una organización (como toda organización extrema) que se compone de individuos inadaptados arrancados a la sociedad.
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