Nada se opone a la noche
Después de encontrar a su madre muerta en misteriosas circunstancias, Delphine de Vigan se convierte en una sagaz detective dispuesta a reconstruir la vida de la desaparecida. Los cientos de fotografías tomadas durante años, la crónica del abuelo de Delphine, registrada en cintas de casete, las vacaciones de la familia filmadas en súper ocho o las conversaciones mantenidas por la escritora con sus hermanos son los materiales de los que se nutre la memoria. Nos hallamos ante una espléndida y sobrecogedora crónica familiar, pero también ante una reflexión sobre la «verdad» de la escritura, porque son muchas las versiones de una misma historia y narrar implica elegir una de esas versiones y una manera de contarla.
Delphine de Vigan
Nacida en Boulogne-Billancour, una comuna relativamente pequeña dentro de la región de Isla de Francia cerca de París, Delphine de Vigan muestra desde una corta edad una gran pasión e interés por la literatura, misma que la que la impulsaría a inscribirse en la Escuela de Estudios Avanzados en Ciencias de la Información y la Comunicación, de la facultad de letras de la Sorbona. Después de concluir sus estudios en el CELSA, la joven francesa decide dejar de lado sus pretensiones literarias para desempeñarse en el rol de directora de de estudios en un instituto de opinión pública en Alfortville.
Incapaz de dejar de lado su sueño, Delphine de Vigan, decide consagrar por lo menos dos hora diarias, después de regresar del trabajo, a la escritura.Todo ese esfuerzo daría frutos en el 2001, año en que publica su primera novela Días sin hambre. Su primer éxito fue No y yo (2007) La novela fue traducida a veinte idiomas y en 2010 se realizó una adaptación cinematográfica dirigida por Zabou Breitman.
En 2011, su novela Nada se opone a la noche, en la que narra la historia de su propia familia haciendo frente al desorden bipolar que afronta su madre, ganó una serie de premios literarios franceses.
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