El 9 de enero de 1993 un hombre
mató a su esposa, sus hijos y sus padres, e intentó sin éxito suicidarse. La
investigación reveló que no era médico, tal como pretendía. Mentía desde los
dieciocho años y se había construido una existencia ficticia. A punto de ser
descubierto, prefirió suprimir a aquellos cuya mirada no hubiera podido
soportar. Una escalofriante historia real que es un viaje al corazón del horror
y ha sido comparada con A sangre fría de Truman Capote.
Carrère intenta introducirse en
la mente de un criminal y, ante la inescrutabilidad de ésta, ante su aparente
“normalidad”, debe limitarse a los hechos, creando así una obra inclasificable,
que no es novela, ni relato periodístico, ni análisis psicológico, ni ensayo
literario y es, al mismo tiempo, novela, relato periodístico, análisis
psicológico y ensayo literario.
Emmanuel Carrère
Emmanuel Carrère (París, 1957) es
un escritor, guionista y realizador francés, diplomado por el Instituto de
Estudios Políticos de París. Hijo de Louis Édouard Carrère y de la sovietóloga
de la Académie française Hélène Carrère d'Encausse, Carrère estudió en el
Institut d'Études Politiques de París (más conocido como Sciences Po).
Gran parte de su obra, tanto de
ficción como de no ficción, se centra en los temas principales de la
interrogación de la identidad, el desarrollo de la ilusión y el sentido de la
realidad. Varios de sus libros han sido llevados al cine, y en 2005, dirigió la
adaptación cinematográfica de su novela La Moustache.
Es autor de siete novelas, dos libros sobre
Werner Herzog y Philip K. Dick (Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos: Philip
K. Dick 1928-1982) y varios guiones para el cine y la televisión. El
adversario supuso su consagración indiscutible.
Se dice que toda ficción puede ser real, pero algunas cuesta mucho creerlas.
ResponderEliminarLa obra muestra a un personaje incapaz de enfrentarse a las contrariedades de de la realidad por miedo: su mente se encarga de crearle otra en paralelo, donde la mentira predomina, y el protagonista se introduce en una maraña, cada vez más tupida. Para no tener que dar explicaciones a sus supuestos seres queridos, los asesina y continúa viviendo en un juego, entre realidad, ficción, o esquizofrenia paranoide.