Necesitamos nombres nuevos
La historia arranca en un barrio de chabolas llamado Paraíso, donde Darling, a sus diez años, se mueve junto a sus amigos con la frescura y la osadía propias de la edad. Ya sea robando guayabas en Budapest, el rico vecindario cercano, o imitando destellos de la cultura pop captados fugazmente en el televisor, la vida es un juego extraño y fascinante en el que los momentos de felicidad inocente se confunden con la crudeza del entorno. Sin embargo, sobre ellos se cierne la sombra de un «antes» tenebroso: antes de que la policía destruyera sus casas, antes de que cerrasen los colegios, antes de que sus padres se marcharan al extranjero a realizar los trabajos más denigrantes y peligrosos para sobrevivir.
Al cabo de un tiempo, cuando por fin se cumple el mayor sueño de Darling, viajar a América para reunirse con su tía, lo que la aguarda en la periferia de Detroit no es precisamente la tan ansiada tierra de promisión.
Noviolet Bulawayo
Elizabeth Zandile Tshele conocida por su seudónimo NoViolet Bulawayo nació y creció en Zimbabue. Su madre murió a los 18 meses. Eligio el nombre de su seudónimo como escritora, NoViolet, como referencia a ella. Bulawayo es el nombre la ciudad donde se crio.
Asistió a la Njube High School, y más adelante a la Mzilikazi High School completando su formación universitaria en Estados Unidos donde se trasladó a los dieciocho años.En 2011 ganó el Premio Caine con su cuento Hitting Budapest y que se convirtió en el capítulo inicial de su primera novela en 2013, We Need New Names, (publicada en español como Necesitamos nombres nuevos). La obra fue incluida en la lista de finalistas del Premio Man Booker 2013, convirtiendo a Bulawayo en la primera mujer negra africana y en la primera zimbauense en ser seleccionada para el premio. También ganó el Premio Etisalat de Literatura y el Premio Hemingway Foundation/PEN, entre otros galardones.
Dueña de una prosa en la que reverberan las voces, la cadencia y la
intensidad de los contadores de cuentos que marcaron su infancia en la
recién creada República de Zimbabue, la crítica resaltó sus
extraordinarias dotes de narradora, en especial una inusitada franqueza
que seduce y conmueve a la vez.