20 de febrero de 2015

Los justos

Los justos


Drama estrenado en 1949, “Los justos” desarrolla, en el ámbito histórico de la Rusia zarista, algunos de los temas que obsesionaron a Albert Camus (1913-1960) a lo largo de su vida y que atraviesan como hilo conductor toda su obra. La contraposición entre el idealista Ivan Kaliayev y el implacable Stepan Fedorov arroja luz sobre el dilema moral implícito en todo terrorismo y permite al autor, a través de unos diálogos de gran belleza literaria y densidad ideológica, indagar en la dialéctica del fin y los medios, así como mostrar la opresión y el despotismo que la utilización de cualquier violencia lleva aparejados.

 Camus va trazando dos perfiles distintos entre quienes se muestran partidarios del asesinato. El de quienes actúan como reacción a su propia experiencia personal (detención y tortura en las cárceles zaristas, muerte de correligionarios, represión brutal e indiscriminada) y quienes lo hacen con el propósito de liberar al pueblo ruso de la tiranía, de franquear el paso a una vida mejor a través de un crimen. 

Albert Camus

Mondovi, Argelia, 1913 - Villeblerin, Francia, 1960). Nacido en el seno de una modesta familia de emigrantes franceses, su infancia y gran parte de su juventud transcurrieron en Argelia. Inteligente y disciplinado, empezó estudios de filosofía en la Universidad de Argel, que no pudo concluir debido a que enfermó de tuberculosis. En 1939 publicó Bodas, conjunto de artículos que incluyen numerosas reflexiones inspiradas en sus lecturas y viajes. 

En 1940 marchó a París, donde pronto encontró trabajo como redactor en Paris-Soir. Empezó a ser conocido en 1942, cuando se publicaron su novela corta El extranjero, ambientada en Argelia, y el ensayo El mito de Sísifo, obras que se complementan y que reflejan la influencia que sobre él tuvo el existencialismo. Durante la Segunda Guerra Mundial se implicó en los acontecimientos del momento: militó en la Resistencia y fue uno de los fundadores del periódico clandestino Combat, y de 1945 a 1947, su director y editorialista.

Su novela La peste (1947) supone un cierto cambio en su pensamiento: la idea de la solidaridad y la capacidad de resistencia humana frente a la tragedia de vivir se impone a la noción del absurdo. El autor precisó su nueva perspectiva en otros escritos, como el ensayo El hombre en rebeldía (1951) y en relatos breves como La caída y El exilio y el reino. Galardonado en 1957 con el Premio Nobel de Literatura, falleció en un accidente de automóvil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario