15 de noviembre de 2019

El hombre en busca de sentido

El hombre en busca de sentido

El hombre en busca de sentido es el estremecedor relato en el que Viktor Frankl nos narra su experiencia en los campos de concentración. Durante todos esos años de sufrimiento, sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda, absolutamente desprovista de todo, salvo de la existencia misma. Él, que todo lo había perdido, que padeció hambre, frío y brutalidades, que tantas veces estuvo a punto de ser ejecutado, pudo reconocer que, pese a todo, la vida es digna de ser vivida y que la libertad interior y la dignidad humana son indestructibles.

En su condición de psiquiatra y prisionero, Frankl reflexiona con palabras de sorprendente esperanza sobre la capacidad humana de trascender las dificultades y descubrir una verdad profunda que nos orienta y da sentido a nuestras vidas. La logoterapia, método psicoterapéutico creado por el propio Frankl, se centra precisamente en el sentido de la existencia y en la búsqueda de ese sentido por parte del hombre, que asume la responsabilidad ante sí mismo, ante los demás y ante la vida. ¿Qué espera la vida de nosotros? El hombre en busca de sentido es mucho más que el testimonio de un psiquiatra sobre los hechos y los acontecimientos vividos en un campo de concentración, es una lección existencial. Traducido a medio centenar de idiomas, se han vendido millones de ejemplares en todo el mundo. Según la Library of Congress de Washington, es uno de los diez libros de mayor influencia en Estados Unidos.

Viktor Frankl

Viktor Frankl (Viena, 1905-Viena, 1997) se doctoró en Medicina en 1930. Al tiempo que los nazis llegaban al poder en 1938, Frankl obtuvo el cargo de Jefe del Departamento de Neurología del Hospital Rothschild, el único hospital judío en los tempranos años del nazismo. En ese hospital en donde ayudado por su colega y amigo, el Dr. Pötzl, se opuso a la ley de eutanasia dictada por los nazis y salvó muchas vidas alterando los diagnósticos de enfermos psiquiátricos. A pesar de tener la posibilidad de obtener una visa para huir con su esposa a los Estados Unidos, renunció a ella para no abandonar a sus ancianos padres, a sus pacientes y amigos.

En septiembre de 1942 él, su esposa y sus padres fueron deportados a un campo de concentración cercano a Praga, el Theresienstadt. De 1942 a 1945 estuvo en cuatro campos de concentración, incluyendo Auschwitz, conocido como el campo de exterminio. Tras la liberación pasa varias semanas en Münich tratando de indagar quiénes de sus familiares habían sobrevivido. Poco a poco va enterándose de que ninguno lo logró y vive un profundo dolor, soledad y vacío. A su regreso a Viena le asignan un departamento en el noveno distrito de Viena en el que viviría el resto de su vida. Es nombrado Jefe del Departamento de Neurología de la Policlínica de Viena, puesto que ocupó durante 25 años. Fue profesor tanto de neurología como de psiquiatría de la Universidad de Viena.

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